martes, julio 29, 2008

Louis-Ferdinand Céline - Viaje al fin de la noche

“De la cárcel uno sale vivo; de la guerra, no. Lo demás son puras palabras”.

“De los hombres, y solo de los hombres, hay que tener miedo siempre”.

“Cuando uno no tiene imaginación, la muerte es poca cosa; cuando uno la tiene, la muerte es demasiado”.

“En este oficio de hacerse matar, no hay que hacer aspavientos, hay que portarse como si la vida fuera a continuar; pero esta mentira es lo más duro de todo”.

“Casi todos los hombros no mueren más que en el último momento; hay algunos, en cambio, que comienzan a debatirse frente a la muerte con veinte años de anticipación, y a veces más. Estos son los desgraciados de la tierra”.

“Yo nunca fui una persona demasiado seria, a mi vez; pero me había vuelto ya lo bastante práctico para ser definitivamente un cobarde”.

“Ella me abrumaba con la cosas del alma, a boca llena, inagotable. Y el alma es la vanidad y el placer del cuerpo cuando éste se encuentra bien; pero es también el deseo de sacarla del cuerpo desde el momento en que uno se encuentra enfermo o que las cosas andan mal”.

“Esta especie de agonía diferida, lúcida, sana, durante la cual es imposible comprender otra cosa que las verdades absolutas, tiene que ser experimentada por uno mismo si es que se quiere saber para siempre de lo que uno habla”.

“Yo los advierto, cretinillos, boludos ineptos, golpeados, rescatados sudorosos de todos los tiempos, los prevengo que cuando los grandes de este mundo se ponen a alagarlos, es que los van a tranformar en salchichas de batalla”.

Louis-Ferdinand Céline

miércoles, julio 23, 2008

Crónicas (Vol.1) de Bob Dylan / 2° Parte

Otras cinco de Robert:

"Es bonito que te conozcan como leyenda -la gente paga para verlas-, pero para la mayoría basta con una vez."

"Al componer una canción, uno expresa una visión del mundo, aunque a veces hay pocas probabilidades de que esa visión sea acertada."

"Mi padre tenía su propia manera de ver las cosas. Para él la vida consistía en trabajar duro. Pertenecía a una generación que profesaba otros valores, admiraba a otros héroes y escuchaba otra música, y no estaba muy seguro de que la verdad nos hiciera libres. Era pragmático y siempre salía con algún consejo críptico, como "recuerda, Robert: en la vida puede pasar de todo. Incluso si no tienes todo lo que deseas, da las gracias por aquello que no tienes y no deseas".

"Me daba igual las opiniones de la gente, ya fueran buenas o malas; no me comía la cabeza con aquello. Lo que me interesaba era seguir recto hacia adelante, y eso hice. El camino a recorrer siempre está plagado de seres sombríos con los que hay que lidiar de un modo u otro".

"A veces en la vida asistes a espectáculos que te pudren el corazón y te revuelven las tripas hasta la náusea, y tratas de plasmar esa sensación sin entrar en detalles."

Bob Dylan

jueves, julio 17, 2008

Crónicas (Vol.1) de Bob Dylan


Diez frases extraidas de Crónicas:


"No importa que tengas que hacer más esfuerzo... estuviste empujando un vagón vacío durante mucho tiempo, es hora de que empieces a rellenarlo".


"Cuando mi mente estaba en pleno desarrollo, llegué a desear ir a la academia militar de West Point".


"No soy ni fui el portavoz de ninguna generación...no tuve nada en común esa generación o lo que se supone que le daba la voz, ni siquiera creía conocer a esa generación".


"Con el tiempo aprendí que la privacidad es algo que podés vender, pero no recuperar".


"La creatividad tiene mucho que ver con la experiencia, la observación y la imaginación, y si falta cualquiera de esos elementos clave, no funciona".


"Dondequiera que vaya, soy un trovador de los sesenta, una reliquia del folk-rock, una rapsodia de tiempos pasados, un jefe de estado ficticio de un lugar que nadie conoce".


"Noche tras noche, salía a actuar en piloto automático. Independientemente de todo aquello, seguía pensando en dejarlo, retirarme de la escena".


"La vanidad no es necesariamente una enfermedad, sino más bien una flaqueza. Una persona vanidosa resulta fácil de engañar y, por tanto, de hundir".


"Quizá no lo pareciera, pero lo que yo escribo siempre tiene una raíz autobiográfica".


"Lo que siempre me había encantado de ella es que nunca fue una de esas personas que ven en otro la clave de su felicidad. Ya llevaba su felicidad incorporada."


Gracias Bob


miércoles, julio 16, 2008

Qué decimos cuando decimos poema

¿Se lee poco la poesía? ¿Por qué? ¿Quienes la leen? ¿Los mismos que la escriben? ¿Son más los que la escriben que los que las leen? ¿Cómo se llega a la poesía?
En http://www.ustedleepoesia.blogspot.com/#_blank se investigan estas cuestiones. Se publican entrevistas a personas de diferentes ámbitos, y también se difunden textos de diversos autores.

Mi opinión es que la poesía no se lee, o se lee poco por:
-cómo te la presentan en el colegio. En mi caso, me la mostraron como algo acartonado (Oh Mi Señor!), antiguo, reducido a rimas e imágenes ampulosas y difíciles de interpretar.
-no tiene "el gancho" que en muchos casos tiene la narrativa. En una novela, por lo general, un capítulo te lleva a leer el otro, y luego el otro... sólo para saber qué pasa. En la poesía no suele suceder esto. En general los poemas son unidades independientes, y se pueden leer de manera desordenada... o abandonar sin más.
-otro posible motivo es cierta tendencia, que a veces tenemos todos, a querer entender de manera lisa y llana lo que se lee. Con cierto tipo de poesía, esto es imposible. "No te entiendo, te abandono, ¿y qué?".
Seguramente hay muchas otras cuestiones... Eso sí, no creo que haya que obligar a nadie a leer un poema, en especial si ese poema es tuyo.
Un amigo de Ray Loriga dice que para escribir poesía hay que ser muy joven o muy viejo.
Ojalá que para leerla no se necesite lo mismo.

viernes, julio 11, 2008

Postal subterranea



A veces me parece que soñar es escribir encima de lo vivido.
A veces me parece que es borrar algo nunca escrito.
A veces me parece que las cosas que hago para sobrevivir, matan las cosas que sueño.

Foto: Germán Boglio
Texto: Marcelo Vertua

jueves, julio 03, 2008

La verdadera Lola

Lola Arias (Buenos Aires, 1976) en el 2001 editó un libro de poemas llamado Las impúdicas en el paraíso (Tsé-Tsé).
Luego se dedicó a escribir obras de teatro. Además de dirigirlas, en algunas actuó y compuso la música.
Casi todas sus obras recibieron muy buenas críticas, y algunas fueron editadas.
Yo sólo leí sus poemas, y me encantaron.

Blancanieves y yo

Abro el diario en pose de colegiala
con un marcador en la mano
Voy a hacer la lista de mis amantes
como una cortesana en kimono veraniego.

Primer amor: el paralítico de la escuela.
La adolescencia: el chico de las postales,
el militante marxista, el cantante,
el que escribía poemas.
La fiebre de la juventud:
el profesor,
el cinéfilo, el atleta,
el que comía con los ojos cerrados,
cara de caballo, el extranjero,
el pequeño nazi de las pecas,
el pianista introspectivo,
el padre de familia,
la chica patinadora,
los hermanos otoño-invierno,
el cowboy de los peinados.


Con letra de infante y cara de geisha
trato de encontrar un patrón de uso:
Los rubios germanos y los latinos descalzos,
Los tímidos y los terroristas,
Los reos y los mejores alumnos.
Me sorprende encontrar
tantos hombres casados y con novias.
Como una Rizos de oro o Blancanieves fugitiva
quise entrar en todas las casas, comer en platos ajenos,
dormir en camas que no fueran para mí.

Lola Arias