Me muevo como un péndulo. No consigo dar en el centro. Paso de la animalada al miedo, y de la burla al lamento. Soy un bravucón o un hipersensible. Oscilo entre la violencia y la blandura obscena. Escupo y lastimo a mansalva, o me matan con una palabra. Juego al sarcasmo, hasta que me vuelvo susceptible y delicado.
Si de algo me sirvió la senda del continuo error, es que ahora me conozco. Y sé me gustaría ser más hombre y menos bestia. Más hombre y menos nena. Pero hace años que lo intento y no encuentro el equilibrio. Jamás logro combinar la fragilidad de la ternura con el fuego de la firmeza.
MV
Si de algo me sirvió la senda del continuo error, es que ahora me conozco. Y sé me gustaría ser más hombre y menos bestia. Más hombre y menos nena. Pero hace años que lo intento y no encuentro el equilibrio. Jamás logro combinar la fragilidad de la ternura con el fuego de la firmeza.