martes, septiembre 04, 2012

En Bariloche la ponés (Fragmento de "Grisú")



"Éramos alumnos de un colegio de varones. Es decir, actuábamos como si nunca hubiéramos visto una mujer. De hecho, salvo un par de profesoras y alguna señora de limpieza, no las veíamos muy seguido. A medida que nos habíamos ido acercando a quinto, la leyenda había crecido lo suficiente como para que no quedaran dudas: en Bariloche era fácil ponerla. No había necesidad de recurrir a profesionales ni ser un as de la parla. Las historias que se escuchaban eran prueba suficiente: las minas se iban de viaje para tirar la chancleta. En especial las de colegios de monjas. Simplemente se trataba de detectar las oportunidades y actuar rápido, con firmeza.
A medida que la fecha de partida se iba acercando, las expectativas crecían y alcanzaban niveles que ni el mejor director de cine porno hubiera sido capaz de llevar a cabo.      
Una vez arriba del ómnibus, la tensión se había vuelto insoportable. El stock de preservativos indicaba que cada uno, en promedio, iba a echarse cuatro polvos.
(...) Había una canción-emblema que cantábamos todo el tiempo: Vengo de Río Negro, ay que pedo tengo. Voy a Bariloche, a coger de noche, lalalala lalala... borracho...lalalala lalala... borracho...
Por supuesto, el resultado de tanta expectativa no tardó en llegar. Ya en la ida, cuando en la primera parada bajamos del micro cantándola, el grupo de treinta chicas que charlaban y fumaban en la puerta del restaurante desapareció en un segundo." 


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