martes, diciembre 23, 2014

La música disco y el Hombre de Sistemas


La semana pasada, en la cena de fin de año del laburo, sobre el final de la noche me encontré al Hombre de Sistemas: un pibe al que yo imaginaba más o menos de mi misma edad, y con quien sólo había tratado un par de veces, ya que ambos somos “externos”; simulamos que trabajamos al igual que el resto, pero lo hacemos desde fuera de la oficina.
Nos saludamos, y las copas previas de cada uno por su cuenta nos hicieron entrar rápido en confianza; chistes y chicanas futboleras en honor al estadio de River, erguido justo al otro lado de la avenida.
Mientras mirábamos cómo delante nuestro se desarrollaba el bailongo, nos dimos cuenta de que los mozos ya no servían más bebidas, y ahí mismo formamos una especie de sociedad cuya principal actividad sería conseguir otra botella de tinto. Una vez que la tuvimos, chocamos las copas y yo casi digo: “Siempre hay un momento real para brindar…”, pero en ese instante empezó a sonar un tema bastante conocido de fines de los 70 (Rapper's Delight), y todos los que estábamos ahí nos pusimos a cantar, tararear o mover un poco los pies, excepto el Hombre de Sistemas.
Lo miré como si estuviéramos protagonizando una película de espías, y le pregunté:
–¿Conocés este tema?
Esperaba que me respondiera, “Obvio, pero es una garcha”, o “¿Qué te importa, gilún?”, pero en cambio se encogió de hombros y dijo:
–No me suena.
Entonces, con el tono más banana y detestable que soy capaz de escenificar, me escuché contestarle:
–¿Pero vo´dónde estuviste en los 80?   
–Nací en el 84 –me devolvió mecánicamente, sin dejar de mirar el horizonte bailable, y sentí que todo se venía abajo: el Monumental, la complicidad, lo retro, la cultura pop, la noche, la sociedad vitivinícola, la clave de acceso mental a cualquier software... Todo, absolutamente todo por los putos diez años que yo llevaba vividos en 1984.  



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