"Somos infalibles en nuestra elección de amantes, especialmente cuando necesitamos a la persona equivocada. Hay un instinto, un imán o una antena, que nos guía hacia la peor decisión. La persona equivocada es, por supuesto, la adecuada para algo: para castigarnos, intimidarnos o humillarnos, defraudarnos, darnos por muertos o, lo peor de todo, darnos la impresión de que no es inadecuada..."
Hanif Kuerishi, Siempre es medianoche
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