domingo, noviembre 03, 2013

Crimen (…oh, los celos otra vez)

Sigo con los picos de sueño.
Anoche soñé que mi mujer y yo estábamos en el cumpleaños de uno de sus compañeros de teatro. De pronto, de la nada, a la hora en que la sangre se medía en daikiris, se armaba el juego de la botellita y, si ó sí, tenías que participar. La onda era ponerse en círculo, darle cuerda al cadáver de Federico de Alvear y chuponearse con alguien del sexo opuesto, el que te tocara. La gente se moría de risa y yo, de sólo imaginarla a ella, me enfermaba. Cada vez que el envase giraba, yo ponía el grito en el cielo, pero ni los vecinos de arriba se hacían cargo… Hasta que me metí en el medio, agarré la botella, la alcé como una antorcha y cuando se quedaron todos mudos, dije: no sé a quién voy a darle un beso, pero sé a quién voy a partirle la cabeza.   


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