Mi viejo empezó a
laburar a los 12 años.
A los 20 se casó, a
los 24 tuvo a mi hermana y a los 28
a mí.
A los 30 hacía
horas extras en la oficina, nos compraba una casa quinta, la remodelaba y de
paso se recibía de Ingeniero.
A los 40 era gerente,
a los 45 tuvo su primer ataque cardíaco, y de ahí en más se sintió viejo y
estafado.
Mirándome en el
espejo de sus días, me pregunto qué busco. ¿Un mandato es una mentira que sobrevive
disfrazándose? ¿Existen tests para detectar frustraciones ajenas? ¿Soy
intérprete o autor de mi vida? ¿Cómo hago para competir contra La Historia, cuando ni
siquiera puedo apuntar a un infarto creíble?
James Dean en camiseta, a punto de subirse al Spider con el que se mandó a mudar.
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