lunes, octubre 06, 2008

Las vírgenes suicidas



Cada vez que pasan la peli por cable, quedo hechizado. Sí, me convierto en un vecinito más. En uno más de esos adolescentes enamorados que en el film se dedican a seguir, espiar, reunir "documentos" y ensayar explicaciones acerca de las hermanas Lisbon.
De tanto mirar la peli, terminé comprándome el libro. Jeffrey Eugenides lo escribió y Sofía Coppola -en lo que fue su ópera prima- lo adaptó sin grandes modificaciones y con mucho estilo.

"Desde nuestro punto de vista, la clase de tristeza de los Lisbon, era absolutamente incomprensible, y por eso nos sorprendía todo lo que hacían durante aquellos últimos días en que los vimos. ¿Cómo era posible que se sentaran para comer, que al atardecer salieran al porche trasero para disfrutar del frescor de la brisa (...)?"

"Las chicas estaban monstruosas con sus vestidos de ceremonia, confeccionados sobre jaulas de alambre. En lo alto de la cabeza tenían sujetas libras de cabello. Borrachas, besándonos o medio derribadas en las sillas, sus destino era la universidad, el marido, el cuidado de los hijos, la infelicidad atisbada confusamente. En otras palabras: su destino era la vida."

"La gente fue olvidándose paulatinamente de las razones que podían haber inducido a las chicas a quitarse la vida, de los trastornos provocados por las tensiones o la insuficiencia de neurotransmisores, y atribuyó las muertes a la clarividencia de las muchachas en la predicción de la decadencia. La gente vio esa clarividencia en los olmos arrancados, en la áspera luz del sol, en el persistente declive de la industria del automóvil".

"La hermanas Lisbon convirtieron el suicidio en un acto familiar. Más adelante, cuando otros conocidos nuestros optaron por poner fin a sus vidas -a veces incluso luego de haber pedido prestado un libro a la biblioteca el día anterior-, nos los imaginábamos siempre sacándose unas engorrosas botas y metiéndose en una mohosa cabaña cargada de recuerdos, en una duna frente al mar".

"Las hermanas Lisbon quisieron hacerse cargo de las decisiones que conviene dejar en manos de Dios. Se convirtieron en criaturas demasiado poderosas para vivir con nosotros, demasiado ególatras, demasiado visionarias, demasiado ciegas. Lo que persisitía detrás de ellas no era la vida, que supera siempre a la muerte natural, sino la lista más trivial de hechos mundanos que pueda imaginarse: el tictac de un reloj en la pared, las sombras de una habitación a mediodía y la atrocidad de un ser humano que sólo piensa en sí mismo."

"No nos cabía en la cabeza aquel vacío que podía sentir un ser capaz de segarse las venas de las muñecas, aquel vacío y aquella calma tan grandes. Teníamos que embadurnarnos la boca con sus últimas huellas, las marcas del barro en el suelo, las maletas apartadas de un puntapie, teníamos que respirar una y otra vez el aire de las habitaciones donde se habían matado".

Jeffrey Eugenides

1 comentario:

ETDN dijo...

Inquietante película, sí. La novela no me la he leido, pero estos fragmentos prometen.

Más cosas: ya he colgado en mi blog "MUNDOS PROPIOS..." el final de los relatos encadenados de Loriga. Y tacháaaan, en España ya ha salido su nueva novela, editada por Alfaguara (junto a la reedición de otras obras). La tengo recién comprada, devorándola ya estoy. Ya te contaré qué tal.

Cuidate. bss desde el otoño madrileño.