Siempre que viajo afuera y entro a un baño,
si hay bidet lo celebro (por dentro y por detrás, pero tampoco me pongo a jugar
al Carnaval). El tema es que no descifro los bidets modernos.
Deberían tener instrucciones de uso, carteles,
gráficos, dibujos con flechas, algo.
No soy especialista, pero entiendo (y festejo)
que para las mujeres, estos bichos de ahora tengan un diseño higiénico: según
parece, al no salir el chorro fuente (de abajo) se evitan las mezclas y sus consecuencias:
infecciones urinarias que inhabilitan el parque diversiones.
Pero los hombres que odian lijarse con
papel, o que piensan que el papel esparce en lugar de limpiar: ¿qué posición
deben tomar frente a este avance de la industria sanitaria? ¿Cómo hacen para
que el chorro dé en el “blanco”? ¿Se sientan de frente contra la pared, echados
hacia atrás y con la patas hacia arriba? ¿De espaldas, a caballito, pero ahora con
el cuerpo inclinado hacia delante y hacia abajo, enroscándose como un bicho
bolita?
Intimo a Ferrum, a Blaistein y al resto de las
empresas del rubro a que expliquen esto, vía cursos y charlas, o publicando el
Bidet-Sutra a precio popular. De lo contrario, que empiecen a fabricar bidets unisex:
chorro horizontal y vertical. De paso, un sensor anti-quemadura, y show de
fuentes danzantes.
Con eso, aquellos que odian la lija y/o la palometa,
felices de la vida.
Por último, mi repudio para aquellos que hacen
uso y abuso de un elemento tan noble y desacreditado, para calmar bajos
instintos.
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